Año 2000, una Supreme con tan solo 6 años de vida, tomaba como referencia a las grandes marcas de alta costura, y como ya habían hecho antes con Burberry o Gucci, le tocaba el turno a Louis Vuitton. Lanzaron camisetas, pegatinas, gorros, gorras y tablas de skate decoradas con un Monogram muy similar al de la marca francesa, en tan solo dos semanas Vuitton mando una carta pidiendo el cese de la venta y ordenando a Supreme quemar el stock restante. Diecisiete años más tarde, con una Vuitton con ansias de modernizarse, viendo como sus mas directos competidores y nuevas casas de alta costura abrazan la moda streetwear y skater, colabora junto a Supreme en lo que es la colección de Supreme más amplia hasta la fecha.
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